Inventarse como arquitecto(a).

En las primeras sesiones del semestre, me gusta comentarle a mis nuevos alumnos universitarios sobre la maravilla de estudiar arquitectura.

Antonio Gaudí: uno de los más particulares arquitectos de los últimos siglos.

Antonio Gaudí: uno de los más particulares arquitectos de los últimos siglos.

“Si no sabes aún qué hacer de tu vida, y eres creativo(a) en cualquier campo del conocimiento y del quehacer práctico, no dudes en meterte a estudiar arquitectura. La vida misma te irá canalizando a tu camino”,

esa es mi creencia.

Nada más lejos de la realidad es el pensar que ser arquitecto se limita a diseñar y/o construir estructuras habitables. Conozco arquitectos(as) que abandonaron ese estereotipo y se convirtieron en pintores, escritores, chefs, fotógrafos, diseñadores de moda, cineastas, teóricos, historiadores, comerciantes, empresarios, funcionarios públicos, locutores de radio, horticultores, paisajistas, especialistas en project manager, o bien un largo etcétera.

Estudiar arquitectura es un umbral que nos puede llevar a lo desconocido, por dos cosas fundamentales:

1.- Porque un buen programa educativo en arquitectura nos pasea por un sinfín de caminos del conocimiento desde la perspectiva del arte, de la ciencia exacta, de la social, de la natural; y en general de la cultura.


Conozco arquitectos que están iniciando con éxito negocios de producción de plantas y flores.

Conozco arquitectos que están iniciando con éxito negocios de producción de plantas y flores.

Ello nos abre el apetito para saber más y más de alguno de estos campos, porque con tal menú de opciones abiertas, es imposible no irse decantando por una o varias.

2.- Porque la enseñanza de la arquitectura promueve desde sus comienzos un esquema de pensamiento altamente estructurado. Es decir, en las universidades vamos entendiendo que, tanto la disciplina del diseño como el de la construcción son procesos que deben llevarse de manera organizada y rigurosa.

Eso nos educa la mente a pensar desde lo abstracto hacia lo concreto, y de lo general rumbo a lo particular. Nos permite construir conceptos que son per se intangibles, para luego delinear estrategias de materialización.



Pensar como arquitecto(a) es una ventaja que nos abre la posibilidad de desarrollarnos en cualquier ámbito creativo.

Pensar como arquitecto(a) es una ventaja que nos abre la posibilidad de desarrollarnos en cualquier ámbito creativo.

Por lo anterior, ser arquitecto(a) es inventarse a sí mism(a). Se pueden ir mezclando dos o varias posibilidades de todas las anteriormente descritas, y más aún de las que no se comentaron. Es por esto que, si usted busca nuestra profesión en Google, encontrará personajes antiguos o bien contemporáneos, vestidos e inventados de maneras tan particulares como diversas, portando orgullosamente el título de quien estudió arquitectura.

Alberto Sánchez López / Arquitecto & Partner STVX