Sótano Stallworth

STVX Colectivo + Rubén Álvarez Avendaño

Año 2019

Superficie construida: (m2): 345 metros cuadrados

Fotógrafía: Oscar Hernández / STVX Productora




Sótano Stallworth es un proyecto de interiorismo bajo el encargo del Gobierno del Estado de Aguascalientes, a través de su Instituto de Cultura.

 La premisa fundamental del proyecto nació de la necesidad de reciclar un espacio subterráneo en desuso, que quedó como resquicio de lo que algún día fue el edificio sede de los telégrafos, en el centro de la capital de estado, demolido en el año 2015 para albergar un emplazamiento urbano que hoy lleva por nombre Patio José Guadalupe Posada. Tras decidir evitar el relleno del sótano en cuestión, la Secretaría de Obras Públicas optó por respetar su condición para posteriormente asignarle otro uso, que seguramente por la ubicación y contexto tendría vocación cultural.

 El encargo responde a muy distintas y complejas necesidades enlistadas categóricamente por el Instituto de Cultura, donde el espacio a rescatarse fungiría principalmente como foro musical en formato intimista recibiendo artistas locales y de talla internacional con recitales de jazz, blues, música de cámara, ensambles de cuerdas y acústicos, etc. admitiendo además presentaciones y tertulias literarias, cenas en pequeño comité, brindis y degustaciones de productos hechos en el estado y la región.

 Como todo encargo gubernamental, el primer límite fue el costo de la inversión a ejercerse. Así que la premisa de mayor peso en el proceso de diseño fue la de intervención mínima versus impacto contundente. Para ello, desde los primeros trazos acordamos los principales objetivos de diseño: Trabajar con los menores elementos posibles, persiguiendo un lenguaje contemporáneo; utilizar la iluminación como elemento clave, creando con ello atmósferas infinitamente cambiantes; y, por último, proporcionar un comportamiento acústico apto para presentaciones musicales de alta exigencia.

 Atendiendo responsablemente a la naturaleza de tal espacio en desuso -con poca o casi nula iluminación y ventilación natural, y con una altura máxima libre de 2.5 metros donde se pretendían albergar hasta 150 asistentes- se comenzaron a tomar decisiones que conformarían el concepto principal del proyecto. 

 El primer recurso y tema protagónico de la composición es un paramento continuo en forma de  “L” , adosado a los muros oriente y sur, flotado y redondeado en el ángulo recto que se conforma justo donde se decidió por obviedad emplazar el escenario. Este recurso se estableció además como una celosía cambiante a base de 607 tablillas de madera de aproximadamente 70 centímetros de altura, en tres hileras divididas por un perfil de acero negro. Cada una de estas piezas posee la capacidad de girar sobre su propio eje, asignándoles así una individualidad caótica, a causa de que fueran los mismos visitantes los que de manera lúdica cambiasen la posición de éstas en un sentido meramente aleatorio.

 Dicha máscara es enfatizada de forma aún más contundente al ser separada de las paredes en cuestión, provocando un vacío por donde emana la luz artificial a manera de baño indirecto, en tonos cromáticos e intensidades cambiantes.

 Las superficies verticales complementarias se recubrieron de paneles de MDF, en proporción  semi-cuadrada y con altura de piso a techo, perforados por orificios en forma de gruesas líneas curvas y orgánicas que nos recuerdan los burdos y poéticos trazos del maestro del grabado que da nombre al espacio urbano que cubre al sótano en cuestión. También bajo el mismo efecto de flotación con respecto a las superficies que los respaldan, estas placas emanan luces de colores desde los huecos ya descritos.

 Complementariamente, las redes de instalaciones expuestas -reivindicando con ello además el carácter meramente utilitario de un sótano- así como las losas de concreto con sus plafones verdaderos fueron pintadas de negro mate, para con ello lograr perder la sensación de poca altura y opresión, captando así la atención del visitante a través del “muro-celosía” y la iluminación indirecta del lugar.

 En resumen, la propuesta promueve generar una atmósfera cosmopolita y contemporánea, que a su vez no nos permita olvidar qué geografía es la que estamos pisando.

 Ya inaugurado en 2019 Sótano Stallworth, nombrado así en tributo al mítico jazzista hidrocálido Raúl Stallworth, también está preparada como galería para exponer artes plásticas y visuales en sus cambiantes muros y su inteligentemente diseñada iluminación.